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El título

Un título es una palabra o frase que nombra una obra (poema, novela, obra de teatro, película, serie, programa de TV, cómic, videojuego, artículo científico, noticia, etc.).

El título tiene una función de identidad, como poner un nombre. También sirve para dar información sobre su contenido, de qué va, que tema tiene, reforzar la premisa o el género de la obra. Finalmente destacar el contenido ya que es el título de venta. Por eso debe de ser pegadizo y fácil de recordar.

Nombre o descripción del protagonista

A tu obra le puedes poner de título el nombre o apodo del protagonista de la historia. Es lo que hizo Daniel Defoe en Robinson Crusoe y, más recientemente, Elvira Lindo en Manolito Gafotas. En el título, el nombre del protagonista puede ir acompañado de otras palabras, tal como hizo Mark Twain en Las aventuras de Tom Sawyer y Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas. Igualmente, podemos hacer que el título no sea el nombre del protagonista, sino una descripción o definición brevísima del personaje. Así lo hizo H. G. Wells en El hombre invisible y John le Carré en El jardinero fiel.

También es bastante usual poner el nombre del protagonista en los cómics y películas de superhéroes. Superman, Batman, Spiderman, Deadpool, Iron Man, X men, Thor… Las secuelas suelen o ponerle el mismo título y numerarlas Superman I, II y III o poner un subtítulo que aluda al reto que deben superar en esa obra.

Nombre o descripción de otro personaje

Alternativamente, podemos poner como título el nombre o la descripción del antagonista: Drácula, de Bram Stoker, y Chacal, de Frederick Forsyth, son dos buenos ejemplos. También podemos titular la obra con el nombre o la descripción de un personaje que no sea ni el protagonista ni el antagonista: es lo que hizo John Fowles en La mujer del teniente francés.

Nombre o descripción del escenario

En lugar del nombre o descripción de un personaje, podemos poner como título el nombre o la descripción del escenario en el que transcurra la acción (o uno de los escenarios en los que transcurra), que es lo que hizo Mercé Rodoreda en La plaza del Diamante. Donde decimos escenario, decimos también período de tiempo: justo lo que hizo George Orwell en 1984.

Hay obras donde el lugar o localización donde sucede la historia se convierte en un protagonista más. Estos lugares suelen ser evocativos, exóticos, atractivos y aluden al tema del que va la película u obra. Seguro que a muchos de vosotros si os digo la palabra Casablanca, os viene a la cabeza antes la película que la ciudad. Islas como Madagascar o Manhattan, pueblos como Fargo o Twin Peaks.

Referencia a la acción

En el título podemos hacer referencia a la acción (o a parte de la acción) que conforme el argumento de la obra, tal como sucede en La señora McGinty ha muerto, de Agatha Christie. Podemos combinar la referencia a la acción con referencias a cualesquiera otros elementos narrativos (personajes, escenarios...): La famosa invasión de Sicilia por los osos, de Dino Buzzati, es un ejemplo de ello o ¿Quién ha muerto la pubilla de la fiesta Mayor? de Carles Gòdia.

Referencia al tema

Cómo no, podemos hacer referencia al tema de la novela, y en estos casos el título acabará tomando, a menudo, formas metafóricas o simbólicas: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, y El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.

Expresión o frase del propio texto de la obra

Puede servirnos como título una expresión o frase que forme parte del propio texto de la obra. Son ejemplos de ello Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, que es una frase que el protagonista escribe repetidas veces en su diario, y La historia interminable, de Michael Ende, que es el título del libro que el protagonista roba en una tienda y en torno al cual gira toda la historia. Vecinas - Frescas, no. Oportunistas. De Carles Gòdia y Marc Pàmpols.

Metáfora.

Otra forma de expresar el tema o concepto de nuestra obra es utilizar una metáfora. ¿Sabéis que es Trainspotting? El término trainspotting es como se denomina el hobby de ver pasar trenes y fijarse en su numeración. Una afición que parece absurda para el que no la comparte, como la heroína que tomaban los protagonistas de la novela o la película. ¿Y Pulp Fiction? Las conocidas como pulp fiction eran un tipo de novelas de consumo popular de principios del siglo XX. Tenían una encuadernación barata, de tapa blanda y colores chillones y eran relatos de ficción sobre historias de horror, erotismo, suspense y violencia. 

Oxímoron

Otro recurso estilístico al que podemos recurrir es el oxímoron, que consiste en combinar en una misma palabra o expresión dos términos de significado opuesto. Un ejemplo de título en el que el autor recurrió al oxímoron es El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, de Haruki Murakami, título en el que, como puedes ver, aparecen adyacentes dos términos que se contradicen: El fin del mundo y un despiadado / país de las maravillas. Muertos-vivientes o Infierno de hielo.

Cotítulo

Un título puede constar de dos partes, es decir, llevar lo que podríamos llamar un cotítulo. El cotítulo suele usarse para dar información adicional sobre el contenido de la obra. Por ejemplo, la segunda de las aventuras de Alicia, A través del espejo, de Lewis Carroll, se titula en realidad A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, y en este caso el cotítulo informa de quién es la protagonista de la historia.

Ejemplos

  • Por nombre del protagonista: Jobs, Capote, Bonny and Clyde, Erin Brockovich, Superman, Spiderman, Forrest Gump, Mary Poppins, Peter Pan, Amelie, Tiburón, Drácula…
  • Por el nombre del lugar: Jurassic Parc, Fargo, Twin Peaks, Madagascar, El apartamento, Roma,…
  • Por el Logline: En busca del arca perdida, Regreso al futuro, Noche en el museo…
  • Por la premisa: Qué bello es vivir.
  • Por una frase del dialogo: Matar un ruiseñor, “frescas no, oportunistas”…
  • Por una metáfora: Trainspotting, Pulp Fiction,…
  • Por una canción: Vaiana, Julieta, Silencio…
  • Frases hechas: El abogado del diablo,…